Todo el que va, se enamora de esta gran ciudad.
Toda Roma es una obra de arte. Cada iglesia, con techos adornados con frescos y con esculturas impresionantes.
Además, cuando viajas a esta ciudad, no solo lo haces en el espacio, sino que también se viaja en el tiempo, y más cuando visitas la Roma Antigua.
Y la comida, bueno, pues en el sentido de pasta y pizzas, ¡la mejor! Y los helados no se quedan atrás; nada que ver con los helados españoles. Son más cremosos, tienen mucha más variedad y, si te pides una tarrina pequeña, te la llenan como el doble. ¡¡Hay hasta helado de Nutella!!
Allí suelen echar nata montada sobre el helado. Ummmmmmm......
En relación con España, la gente es muy parecida y, aunque no sepas hablar italiano, te puedes comunicar con gente de allí, pues les entiendes y te entienden.
Esperamos que os haya gustado tanto nuestra experiencia que querais ir.